miércoles, 25 de marzo de 2009

FABRA Y FRANCO

Dicen que la cabra tira al mone y por tanto los cabrones también. Dicen que Dios los cria y ellos se juntan. He aquí dos dichos, de la cultura popular española, que tienen un sentido.
La Diputación de Castellón, de la que es presidente Fabra, ha editado un libro en donde se dan la mano el dictador y el presidente, todo ello con los dineros de los contribuyentes y nadie (salvo honrosas y escasas excepciones) se lleva las manos a la cabeza, ni nadie pide explicaciones, sobre todo los castellonenses a los que les diría, como se les puede decir a los italianos, que tienen lo que se merecen, por haberlos votado.
Está visto que los capos pueden hacer lo que quieran, para esos son capos, cada uno de su mafia respectiva.
Ahí tienen al gran cura, el Papa, llega a Camerún y dice que los "preservativi" sic. no hacen más que ampliar el peligro del sida. Y se queda tan ancho.
Pero claro, el Vaticano, que tiene una ONG poderosísima, y aporta parte de su orepel a la causa de la extinción del sida (¿ ?), puede hacerlo. Los que se lo curran "in situ", que son los verdaderos curas y monjas, a los que respeto profunamente, a esos, no se les ocurre decir semejante tontería, porque estos conocen el problema. A los del Papa (llámense Camino, Cañizares, Rouco y tantos otro que ni recuerdo ni quiero recordar) se lo cuentan. Y no es lo mismo. ¡Qué bien les vendría a todos ellos estar una temporadita, a poder ser larga, en Camerún o en cualquier parte de África, donde existe esta pandemia!
Algunos pensarán que esto es confundir el culo con las témporas y no es así. Ni el Papa, ni los que le sujetan su pomposa túnica, ha vivido en África, con alto riesgo, ni Fabra sufrió las cárceles del
dictador. Piénsenlo, mis amigos. J.

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